[Este es un resumen en español del sexto documento de trabajo del Working Paper Series, Think tanks partidarios: conocimiento al servicio de la política. El caso de la Fundación Pensar y PRO en Argentina.]
La literatura especializada en el vínculo entre el conocimiento y la política se ha enfocado principalmente en think tanks independientes y externos, mas no en think tanks partidarios. Dos razones explican esto. Primero, el reducido número de think tanks partidarios en comparación con think tanks independientes o externos. En segundo lugar, como sugiere Garcé,+ estos dos objetos de estudio, think tanks y partidos políticos, remiten a tradiciones académicas distintas, que rara vez se integran. Los partidos políticos son abordados por estudios clásicos de ciencia política enfocados en instituciones políticas, mientras que los think tanks, son estudiados por académicos enfocados en política pública.
Argentina no es la excepción, y aunque existen numerosos think tanks externos en Argentina, las fuerzas políticas, más allá de algunas fundaciones vinculadas a ciertos liderazgos y de poca durabilidad, no han consolidado think tanks internos que contribuyan al horizonte programático del partido. Sin embargo, una experiencia de think tank partidario se ha destacado recientemente por su evolución y consolidación. En el 2010 el partido Propuesta Republicana (PRO) relanzó la Fundación Pensar, como su “usina de ideas”. Con miras a las elecciones presidenciales del 2011, Pensar tendría como objetivo principal el armado de planes para implementar en el gobierno en caso de que Mauricio Macri, líder y candidato del partido, lograra una victoria. A raíz de su relanzamiento, Pensar atravesó diversas etapas que, en forma incremental, darían como resultado su institucionalización en el marco de la estructura del PRO, al punto de volverse una pieza clave de la estrategia nacional del partido.
El objetivo de esta investigación es: presentar un marco para estudiar a los think tanks partidarios; y utilizar el marco para estudiar la evolución de Pensar y su contribución al crecimiento y victoria del partido en las elecciones presidenciales de 2015.
El documenta comienza con una aproximación al concepto de think tank partidario, y luego de recorrer diferentes tradiciones propone una definición que integra los atributos presentados por diferentes autores. El autor plantea que un think tank partidario produce conocimiento y genera ideas con pretensión de incidencia (característica propia de la categoría think tank), además debe contar con el reconocimiento explícito de un partido político, tenerlo como su principal público objetivo, y estar orientado el asesoramiento de sus intereses, mediante estrategias de colaboración directa.
Luego de reflexionar sobre la noción de think tank partidario, la investigación presenta un marco de análisis (de la relación de un think tank y un partido político) que integra cuatro dimensiones. Este marco conceptual es una contribución significativa estudio sistemático de estos actores. Las cuatro dimensiones son:
- el sistema de partidos
- las funciones del think tank
- su autonomía estratégica
- su sostenibilidad
La aplicación de este marco al caso de la Fundación Pensar y el partido político PRO arroja los siguientes hallazgos:
- Sistema de partidos. La conformación de think tanks partidarios en contextos específicos, guarda relación con el sistema de partidos y las dinámicas de la competencia política, pero también depende de los rasgos del partido político y la valoración que este haga del conocimiento experto en función de sus objetivos políticos.
- El conocimiento técnico que provee un think tank partidario cumple tres funciones importantes en materia política: genera insumos con pretensión de aplicabilidad (función instrumental); legitima discursos y acciones de la fuerza política (función simbólica), fortaleciendo el perfil y la imagen técnica del partido; y contribuyen a la construcción de redes de conocimiento (función de redes), ampliando los vínculos politico-institucionales del partido.
- Autonomía Estratégica. La integración del think tank a la estructura partidaria requiere de un proceso de adaptación mutua entre los políticos y los técnicos, así como la gestión de un equilibrio entre los atributos de actor -con autonomía- y agente-recurso- del think tank (en el que los objetivos políticos se anteponen a los técnicos).
- El estudio de caso confirma la incertidumbre constitutiva de los think tank partidarios, en tanto su devenir depende de los resultados del partido en cada ciclo electoral.
La investigación concluye con una invitación a estudiar otras experiencias de think tanks partidarios en la región y otras latitudes a la luz del marco propuesto ya que esto permitiría testear su validez más allá del caso analizado en este trabajo. A su vez, sugiere que el estudio sobre la Fundación Pensar podría enriquecerse con un análisis de su evolución post elecciones de 2015 en las que PRO se convirtió en el partido gobernante a nivel nacional.
Finalmente, es importante destacar que los hallazgos de este trabajo y las lecciones sobre la Fundación Pensar resultan relevantes no sólo para think tanks partidarios existentes sino para partidos políticos y emprendedores de políticas que quieran conformar o fortalecer el funcionamiento de un think tank partidario.
Lea el artículo completo (en inglés).
Una versión, adaptada, en español se ha publicado en la Revista de la Sociedad Argentina de Análisis Político, léala aquí.