Esta publicación fue elaborada por Leandro Echt sobre la base de un documento de reflexión elaborado por Martha Farmelo, consultora independiente en fortalecimiento de ONGs, en base a su experiencia con transiciones de liderazgo que fue compartido con On Think Tanks.
La dirección ejecutiva de toda organización es altamente demandante. El director o directora debe lidiar con tareas de gran responsabilidad: desde decisiones presupuestarias hasta la relación con el Consejo Directivo y las organizaciones donantes, la comunicación externa y el reclutamiento del personal, entre otras. Estas tareas requieren de un conjunto integral de habilidades y experiencia, las cuales raramente están reunidas en una sola persona (Echt, 2018).
Asimismo, una transición en la Dirección Ejecutiva es un momento crucial, con desafíos y oportunidades, durante el cual la organización puede fortalecerse o debilitarse. Además, los procesos de transición suelen generar considerable ansiedad externa e interna. Las organizaciones donantes se preocupan por la estabilidad de la organización y se preguntan si la agenda que financian seguirá vigente bajo el nuevo liderazgo. El personal se pregunta sobre la continuidad de sus proyectos y el impacto en el clima organizacional. Así, las transiciones ponen en evidencia la calidad del funcionamiento de aspectos clave como la comunicación, la toma de decisiones y la participación interna, la solidez del equipo y de cada área de la organización, o la capacidad de acción, acompañamiento y liderazgo de los órganos de gobierno.
Bien conducidas, las transiciones pueden transformarse en una valiosísima oportunidad para identificar y mejorar aspectos de la salud organizacional, emergiendo equipos de trabajo y órganos de gobierno más consolidados, mayor capital relacional con donantes y otros actores clave, y mayor legitimidad frente a la sociedad en general y en la esfera política. Por el contrario, una transición de liderazgo poco planificada y sin un apuntalamiento sólido por parte de los actores organizacionales clave puede deteriorar la estabilidad organizacional, su posicionamiento político y los vínculos con sus donantes, en última instancia poniendo en riesgo su sostenibilidad y la capacidad de lograr su misión.
El presente estudio de caso + aborda la experiencia de un centro de pensamiento de un país de América Latina que transitó su primer cambio de liderazgo en la Dirección Ejecutiva, luego de más de una década de ser conducida por una de las personas fundadoras. La transición fue un proceso desafiante que requirió diseñar estrategias y tomar decisiones vinculadas al perfil de la futura Dirección, el rol del Consejo Directivo y del personal en la transición, y el rol a futuro de la Dirección saliente, entre otros aspectos.
Entre las principales decisiones vinculadas a la transición se destacó el lanzamiento de una convocatoria amplia pero a la vez focalizada, la búsqueda e identificación de un perfil externo a la organización, la creación de un Comité de Transición y la contratación de una consultoría externa para apoyar y direccionar el proceso, el involucramiento del equipo de la organización en diversas instancias de diagnóstico y reflexión, y el acompañamiento de la persona responsable de la Dirección saliente a su par entrante.
Un documento como este es importante ya que, si bien hay experiencias positivas y aprendizajes acumulados sobre cómo conducir estas transiciones de manera efectiva y estratégica, hay pocos ejemplos sistematizados, y la mayoría de la literatura no está disponible en español. + Aun cuando cada transición es única, y depende de las características organizacionales, del contexto en el que operan y de las características de los y las postulantes; la sistematización del presente caso contribuye a visibilizar los desafíos y oportunidades que representan las transiciones en los liderazgos de organizaciones con trayectoria, acercando aprendizajes valiosos que informen las experiencias de otras organizaciones de la sociedad civil en América Latina y en el mundo.